martes, 19 de febrero de 2013

apología de la soledad



el buscarla

cuando todo el bullicio de sonidos concretos
llena mis oídos y retumba en mi cerebro,
cuando todos los aires asfixiantes y enrarecidos
envician las inhalaciones de mi aliento,
cuando todas las pasiones de amores incongruentes
se desvanecen en mi corazón dolido,
cuando todos los ejércitos de seres confundidos
aventuran sobre los caminos de mi existencia,
cuando toda la estrepitosa luz de la cultura
aliena mi conciente y ofusca mi claridad,
cuando todas las verdades verdaderas y aparentes
desmoronan las escaleras de mi búsqueda
es cuando te hallo compañera mía
y quiero amamantar de tus pechos engreídos
el siniestro conocimiento de saberte.


el encontrarla

cándida soledad estremece ahora mis huesos
permíteme desampararme de los necios pretéritos
de los oscuros y caóticos acontecimientos
de las cadenas esclavizantes de los sistemas
déjame conocer la dicha de tu amistad
la alegría de sabernos solos en este mundo,
tu y yo aplacando los antiguos miedos
rompiendo el miedo de conocerme a mi mismo
ahuyentando la tristeza de no tener a nadie
y la aflicción de ser el abandonado-abandonador,
tu y yo tejiendo los telares que ocultan el gozo
quebrando las estructuras del desconcierto
sorteando las dificultades y confusiones
de los caminos que conducen hacia la claridad.



el saberla

acompañante de todos los tiempos
hermana de todas las conciencias
tu que tienes en la mira a todo hombre
vamos a corretear por los laberintos
que enseñan el sentido de las cosas
ya no es triste el estar solo
la soledad es compañía y es vida
es la necesidad de ser individuo
es ser carne, alma, aire y agua
es la razón de saberse, de tenerse
de saberse un poco sol, un poco planta
un poco parte de todo universo.
 
el seguirla

voy contigo hacia el final
no te temo en esta hora
en el encuentro de lo total
donde el tiempo no demora
te conozco y mas te amo
en la cima y el abismo
te abrazaran mis dos manos
y todos los yo, del yo mismo